sábado, noviembre 11, 2006

Lo que pudo haber sido...y no fue.

“Si un hombre intenta modelar el mundo,

esculpirlo a su antojo, no lo conseguirá.

El mundo es un envase divino

y que por tanto, no se puede manipular ni retocar.

El que lo modela lo imperfecciona,

Y el que se obceca en él, lo malogra.”

Lao-Tsé.

Desde mi particular manera de mirar y entender el proceso de vivir, me parece que éste consiste en una interminable secuencia recursiva de toma de decisiones, muchas de las cuales, quizás la mayoría, no son conscientes para nosotros. Sin embargo, las decisiones que experimentamos como fundamentales en este juego del vivir, las tomamos intentando ser lo más conscientes posibles de ellas, aunque dicho grado de consciencia pueda ser cuestionable, por nosotros mismos, en un futuro cercano.

De esta manera, la vida, este proceso de vivir, está llena de situaciones que pudieron haber sido…pero no fueron, ya sea porque decidimos que no fueran o porque las circunstancias, que incluye las decisiones que otros u otras toman, nos llevaron por otros caminos posibles. Todos los días y a cada momento, lo que hacemos supone dejar de hacer otras cosas, decidir un camino supone necesariamente renunciar a otros…y renunciar, generalmente, es una acción que cuesta adoptar…al menos a mí.

Sobre esto, hay muchos y variados ejemplos, la fiesta a la que pudimos haber ido… pero no fuimos, porque nos enteramos tarde, porque preferimos quedarnos en casa o porque decidimos acostarnos temprano y dormir. La relación de pareja que pudo haber sido…pero no fue, porque nos dio miedo, porque él o ella no aceptaron nuestra invitación, porque no fuimos a la fiesta y preferimos quedarnos durmiendo. La carrera que pudo haber sido… y no fue, el trabajo que pudo haber sido…y no fue, en fin, la enorme cantidad de lugares donde podríamos estar y no estamos, porque de una u otra manera, decidimos o decidieron que así fuese.

Entre las situaciones que pudieron haber sido…y no fueron, quisiera compartir una acaecida recientemente y que dice relación con una ponencia que pudo haber sido…y que no fue, más aún, que pudo haber sido en dos ocasiones…pero que definitivamente no fue.

A fines de Octubre pasado, en la hermosa ciudad de La Serena, ubicada aproximadamente a 475 kilómetros al norte de Santiago, se realizaron las VI Jornadas Internacionales de Psicología Educacional, donde fue aceptada una ponencia que presenté con el título “Reflexiones en torno a los fundamentos epistemológicos de la Reforma Educacional”. El día Viernes 27 de Octubre a las 14:30 hrs. debía hacer mi presentación, sin embargo, la universidad a la que supuestamente representaría no me apoyó con los gastos en los que debía incurrir, que a mí parecer no eran muchos, motivo por el cual decidí no viajar, y así, la ponencia que pudo haber sido…no fue.

La semana pasada, se realizó en la ciudad de Valparaíso un Encuentro Nacional de Estudiantes de Pedagogía, donde fui invitado a participar en calidad de expositor. Pensé que ahora sí sería posible darle vida a la ponencia que no había sido, nuevamente fue aceptada por la comisión organizadora, pero no me era posible presentarla, por motivos laborales, el día Miércoles en la mañana, horario en el que fue programada. Los alumnos encargados del evento, gentilmente, trataron de buscar una alternativa, pero no se pudo. Una vez más, la ponencia que tuvo una segunda oportunidad de haber sido…no fue.

Si bien acepto el hecho de que la ponencia no haya sido, lamento haberme perdido la oportunidad de recibir algún feedback acerca de las ideas que tenía la intención de presentar, pues me parece que la reflexión epistemológica en el ámbito de la educación es fundamental. En un último intento, por el momento, de presentar algunas de las ideas de la ponencia que no fue, les transcribo un comentario (post) que hice en el blog de José Joaquín Brunner y que trata sucintamente el tema de la ponencia que pudo haber sido…y que no fue.


Don José Joaquín:

Me resulta esperanzador que, aunque sea en el Documento Complementario, usted y quienes lo acompañaron en la redacción del mismo, propongan, como miembros de la comisión, reflexionar acerca de un tema que me parece fundamental al abordar el tema de la educación chilena y que, en su particular estilo, fue hace varios años también propuesto por el profesor Humberto Maturana: ¿Para qué queremos educar?, ¿cuál es el proyecto país que deseamos desarrollar?, se preguntaba Maturana, ¿cuál ha de ser el sentido que adopte la educación chilena?, se preguntan ustedes en el documento.

Creo que es necesario, que nos preguntemos cuáles son las premisas en que se basan nuestras ideas acerca de la educación, cuál es el concepto de ser humano y de sociedad con el que operamos en lo cotidiano, qué es lo que en tanto seres humanos podemos conocer, preguntas que nos llevan al ámbito de la epistemología.

Es muy distinto, para estos efectos, considerar que el mundo que vivimos es un mundo real y objetivo, al que podemos acceder directamente o asumir que la realidad que vivimos corresponde a la particular construcción que cada uno hace a partir de su historia, la cual es en gran medida compartida socialmente. Esta sutil distinción, nos pone en escenarios muy distintos para abordar el cuestionamiento inicial. En un caso, el sentido de la vida y de la educación debemos descubrirlo, la educación tiene un sentido claro y objetivo que hay que seguir. En el otro, el sentido tenemos que construirlo, para lo cual es fundamental establecer algunos consensos básicos, entre los cuales estará el que cada persona asuma la responsabilidad que le corresponda como co-constructor de la vida social.

El aprender a conocer, a hacer y a ser, me parece que se integran en el aprender a vivir, es para esto último que hemos evolucionado como especie, por esto hemos llegado a ser como somos. Sería interesante, empezar a pensar que la educación debe ayudarnos a vivir bien, en este sentido, debe promover el bienestar social e individual. El bien-estar tiene relación con nuestro organismo, con nuestras emociones. Nos sentimos bien cuando podemos vivir armoniosamente unos con otros, cuando aprendemos a con-vivir. La educación debiera transformarnos en seres respetuosos de nuestro cuerpo y de nuestro entorno.

Hay sólo una forma de aprender a respetar, y es siendo respetados por quienes nos rodean. El Estado debiera respetar a los ciudadanos, lo que no siempre hace, y exigir relaciones respetuosas a todo nivel. Hoy, los niños, los jóvenes, los adultos mayores, los cesantes, los pobres, tienen derecho a no sentirse respetados por la sociedad en su conjunto.

Mientras algunos deseen una educación cuyo objetivo fundamental sea generar riqueza material y transmitir toda la información necesaria para ello, no sólo estaremos extraviando el rumbo, sino que estaremos muy lejos de empezar a construir una sociedad más equitativa, más justa, más pacífica, más respetuosa y más sana, que es lo que creo, la mayoría de las personas deseamos.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Profesor es una lástima que no le haya resultado lo de las charlas, igual "todo pasa por algo" no ?... bueno eso creemos, esperamos le sirva de consuelo esa frase...Ahora respecto a lo que usted habla de educación, nos parece muy interesante y nos hizo recordar lo que pasamos de Maturana en clases, pensamos que para lograr el bienestar social e individual en la educación que es lo ideal, se debe tener en primer lugar un respeto por si mismo y por el otro, por tanto se debe educar desde otra perspectiva a la que se acostumbra, educar desde lo humano y a ello nos referimos con el considerar las emociones, debemos tomar conciencia de la característica de ser seres emocionales y así construir un mundo mejor pues el respeto nos lleva a un mejor convivencia basada en la aceptación, el aceptar al otro como un legitimo otro, tenemos que pensar que la educación parte desde el sujeto y eso es lo que se debe empezar a entender, el no contemplar estos importantes aspectos nos lleva a vivir en una sociedad, como esta, en donde se ha perdido todo el respeto por el otro, en donde la competencia , el egoísmo y la agresión se ha vuelto parte de nuestras vidas.

Saludos…

BEGOÑA, PÍA, LESLIE.

PD: no olvide visitarnos en nuestro blog ... subimos artículo nuevo ...

Anónimo dijo...

Profesor:

Bueno es lamentable lo que no fue pero como dicen las chicas por algo no pasan las cosas.
Ese es un tema muy común en la etapa en la que estamos viviendo ahora y suena gracioso que al leerlo uno comienza a recordar las cosas que pudieron haber sido pero no fue. Muchas de nosotros quisiéramos estar en otras carreras, y que son totalmente diferentes a estas como enfermería, obstetricia o algunas Leyes….Pero no fue.
La toma de decisiones son importantes, y como se dice uno tiene que asumir las consecuencias de lo que hizo.
También nos hubiese gustado tocar el tema de Maturana pero creo que las chicas ya lo dijeron todo.
La educación es un proceso integrador, educar es ayudar al individuo a desarrollar y alcanzar la plenitud en su plan de vida, que adquiera la capacidad de ser independiente, valerse por sí mismo(a), de tomar decisiones. Es un proceso largo y costoso que se inicia en la familia y, tiene su continuidad en la escuela y otros ambientes sociales.
Que es lo que pasa en el colegio con los valores educativos que se les enseñan o entregan para que los niños en el futuro tomen decisiones. La escuela debe ofrecer al alumno la oportunidad de elaborar su escala de valores mediante las sugerencias de sus profesores. Pero si el maestro no posee su propia escala de valores, es imposible que fomente en el alumno el deseo e interés de construir la suya.
Encontramos algo bien interesante sobre el desarrollo socio-moral de Thomas Lickona.
Etapa 4: ¿Qué pasaría si todos lo hiciéramos?, que se da entre los 14-19 años quizás solo el nombre de la etapa lo dice todo, cumplir con responsabilidades del sistema social del cual formas parte.
¡Para los lectores!
Nos gustaría que reflexionaran sobre esto último quizás esto también ayude a la educación o no?
A la vida en sociedad?

Saludos.
Yeni, Cristina y Ale.


Este post pudo no haber sido…..Pero si fue.


Hay que atreverse!!!!!!!!!!!!!

Rodrigo Robert Zepeda dijo...

Estimadas:

Si las ponencias hubieran sido, es probable que estos comentarios no se hubiesen dado. Si hubiesen tomado opciones diferentes, quizás no nos habríamos conocido, no las habría torturado con tantos temas y no habríamos tenido la oportunidad de hablar acerca de la educación chilena.
Las reflexiones que ustedes hacen, la mirada crítica que tienen, la preocupación que manifiestan por la educación, me hacen pensar que no todo está perdido, sino muy por el contrario, que es posible hacer un nuevo trato, que se pueden cambiar ciertos patrones y construir un ambiente distinto.
La cultura es dinámica, se puede cambiar, está en constante construcción, por lo que de nosotros depende el tipo de mundo que deseamos vivir en el futuro y en el presente también. Como aparece en un clásico cuento budista, creo que el cielo y el infierno se crean con cada uno de nuestros actos, de ahí que es tan importante tomar conciencia de nuestras acciones y de las emociones que subyacen a éstas.
Me parece fundamental que los docentes nos preguntemos cuáles son los valores que nos inspiran, es necesario que los padres hagan también esta reflexión y también la sociedad en su conjunto. Los valores tienen que ver con las emociones que deseamos experimentar, con lo que nos gusta, con nuestros deseos. Al final, actuamos de un modo u otro de acuerdo a lo que deseamos vivir, según qué deseamos que nos suceda, aunque no acostumbramos ser muy conscientes de ello. La pregunta es entonces qué deseamos que pase, cómo queremos vivir y qué estamos haciendo para conseguirlo.
Esta reflexión hoy me tocó duramente. El día de hoy, Jueves, trabajo hasta tarde, aunque me tomo el tiempo de venir a almorzar a mi casa y estar un ratito con mi hija. Mi esposa también trabajó todo el día y pudo venir un ratito en la tarde a estar también con ella. Además, Rocío, que tiene 2 años y 3 meses, estuvo hoy con sus dos abuelitas. Sin embargo, estuvo en la tarde llorando desconsoladamente, nos contó su nana, y en medio de su llanto decía que todos salen y entran de la casa y que ella se queda solita. Sentí que mi hija de 2 años me estaba tirando las mechas!!!! Decidí quedarme jugando con ella hasta que se fuera a acostar y dejar el trabajo para después. Considero que esa es mi humilde contribución, tratar de que nuestra hija sea feliz, que se ría, que aprenda a gozar la vida, que lo pase fantástico. Algunas de ustedes tienen hijos e hijas o comparten con primos, hermanos, sobrinos. Traten de hacer todo lo posible para que las nuevas generaciones no sean agresivas ni competitivas, sino pacíficas y amorosas. Así se cambia el mundo, no alfombrando la tierra, sino que poniéndose zapatos.

Saludos,

Rodrigo.

Anónimo dijo...

Profesor:
Leí con bastante atención su post, y desde un comienzo en esta asignatura era lo que yo me estaba planteando, por lo manos en mi particular con mi hija.
Ojala todos tuvieran este ramo de psicología en el desarrollo para que vieran todas las disfunciones que se dan en los niños, en la adolescencia y que pueden tener repercusiones en la adultez, si uno desde el comienzo no les entregan amor, educación o no le enseñan a controlar sus emociones, o los disciplina de una manera adecuada, o si no le entregamos valores morales, etc.
Pero me cuestionaba el otro día con Yenifer, que saco yo enseñarles tantas cosas a mi hija, como no generar la violencia, a ser tolerante o educarla tanto en emociones como valores morales si cuando ya cumple la edad en la cual empiezan a desarrollarse en otro contexto fuera de la familia puede hacer que cambie radicalmente cualquier cosa de lo anteriormente señalado. Me gustaría que todas las sociedades vivieran esa una cultura matriarcal, quizás este mundo sería diferente y nuestros hijos crecerían sanos y felices.
Pensaba que quizás si a todos los padres les enseñaran el desarrollo humano desde su comienzo tendríamos hijos que en un futuro serían muy distintos a nosotros.
Esto es solo una opinión, una visión humana de este ramo que más que enseñar para nuestro desarrollo como psicopedagogas nos enseña en mi particular a como ser madre.

Cristina Iturra Z.
17-11-2006

Rodrigo Robert Zepeda dijo...

Cristina:

Qué bueno que este espacio que hemos compartido te haya resultado significativo. Esa es la idea, que nos transformemos en la interacción con otros de una manera tal que podamos convivir de mejor manera.
Sería bueno que las personas nos preocupáramos un poco más de aprender y reflexionar acerca de cómo vivimos y cómo interactuamos con los demás. Hoy día, una paciente me señalaba que había tomado conciencia de cómo sus sonrisas, que le costaban tan poco, afectaban la vida de quienes le rodeaban. Si tan sólo trataramos de sonreir un poco más, si saludáramos al chofer de la micro o al portero del edificio, quizás otro gallo cantaría.
Quizás tú, a través de tu hija y la educación que le das, también puedas encender otras velas que ayuden a iluminar el camino. Tu hija también construirá un mundo en torno de ella, también afectará la vida de otras personas y esa influencia es la que cuenta. Tú y tu hija pueden marcar una diferencia y creo que hay mucha gente dispuesta a hacerlo también, aunque sigan haciendo más noticia las personas agresivas.
Haz lo posible por ponerle zapatos a tu hija, para que no se lastime al caminar por este mundo.
Saludos,

Rodrigo.

Anónimo dijo...

lo que pudo haber sido... y no fue... a veces pareciera que "el no fue" está demasiado presente en nuestras vidas, pero de qué o quién depende ¿de nosotros o del entorno? creo que no es posible separarlo, como dice usted somos el resultado de nuestra interacción con los otros y con nuestro entorno, pero quiero creer que podemos ser "señores de nuestras vidas" eso no significa que no interactuamos con los otros, al contrario, no se puede vivir sin el otro.... lo que quiero decir es que no creo en "por algo pasan las cosas" las cosas pasan y tienen consecuencias , usted no dio la conferencia y no creo que eso sea bueno, pero si encontró un lugar donde decir lo que piensa y espero que siga buscando la oportunidad para exponer porque para cambiar la educación que le estamos dando a nuestros hijos hay mucho que exponer,mucho que discutir , mucho que analizar, mucho que sentir y reflexionar ojalá con el corazón amoroso que tenemos....
saludos
andrea

Anónimo dijo...

Leer un estracto de su ponencia, me recuerda uno de los trabajos realizados para la asignatura de Introduccion a la Investigación, donde no se me ocurre nada mejor que elegir el tema que a comienzos de año (y en realidad ya hace bastante tiempo) estuvo en boga: "Calidad y equidad en educación"...

Pero bien, independiente de lo anterior, cierto es que en ocasiones, se nos presentan oportunidades que pudieron haber sido pero no lo fueron...incontables han sido las situaciones en que me he visto en ese tipo de experiencias. Y precisamente esas experiencias que "pueden ser", me han hecho llevar al límite las posibilidades para conseguir determinados objetivos y no por capricho, sino por una satisfacción personal, de por lo menos haber intentado alcanzar lo que pudo haber sido, sabiendo que me esforcé al máximo para poder conseguirlo (y eso es lo que cuenta)y teniendo presente de que ya habrán otras ocasiones en que pueda ver realizadas mis metas.

se despide
afectuosamente
Lorena Canales C