lunes, septiembre 04, 2006

La Historia oculta de la Psicología (I Parte).


El concepto de devenir, en la medida en que se refiere a la aparición o generación de un fenómeno a través de un proceso continuo de transformaciones o cambios, nos remite al ámbito de la historia, la cual, desde una perspectiva teórica constructivista, se entiende como una reconstrucción, que da cuenta de las distinciones particulares que hace el historiador como resultado de su operar cognitivo en una situación determinada. Para el filósofo Paul Ricoeur, la historia es “el pasado en la medida en que es conocido. (. . .) Lo que los historiadores consideran “hechos” no es algo dado, sino algo que se construye.”[1] Es la estructura perceptual del historiador, sus particulares esquemas cognitivos, como los denominó Frederic Bartlett, lo que determina qué será históricamente pertinente y relevante. Así, desde este entendimiento, no hay historias éticamente neutras, pues todo relato histórico tiene consecuencias en la forma de conceptuar en el presente un determinado fenómeno.

Consciente de lo anterior, me parece necesario considerar con atención, evitando la excesiva ingenuidad, la historia oficial que se nos cuenta acerca de una determinada disciplina científica o de alguna institución o grupo humano en particular, pues dicha historia o relato, necesariamente, estará dando cuenta de los intereses, preferencias y grado de conocimiento de quien la narra. En el caso de la psicología, que es mi área de interés, la historia oficial ha tendido a enfatizar la idea de una ciencia que se ocupa de la conducta humana individual, ignorando, de un modo no casual, el carácter sistémico-social que esta disciplina tuvo desde sus inicios.

El destacado neurocientífico chileno, Francisco Varela, subrayó la importancia de revisar los antecedentes históricos al señalar que “una ciencia que olvida su pasado está condenada a repetir sus errores y es incapaz de evaluar su desarrollo.”[2] Este intento de no olvidar el pasado, de tener muy en cuenta su ontogenia, su devenir, parece particularmente importante en la psicología y en la ciencia cognitiva en general, pues se advierte en ellas, cada vez más, una mayor diversidad de enfoques para abordar sus respectivos objetos de estudio, situación que las hace vulnerables a la fragmentación, con lo cual perderían la cohesión necesaria que ha de tener una disciplina científica.

Los antecedentes históricos de la ciencia cognitiva, se remontan a la segunda mitad del siglo XIX, precisamente con el advenimiento de la psicología como disciplina científica. Que ésta última emergiera como una ciencia experimental de la mente, independizándose de la filosofía, se debe fundamentalmente al importante desarrollo que tuvo en el siglo XIX la fisiología alemana.[3]

Hermann von Helmholtz, destacado físico y fisiólogo alemán, cuestionó el escepticismo de Kant en cuanto a la posibilidad de crear una ciencia psicológica, intentando demostrar que las especulaciones de este importante filósofo alemán del siglo XVIII se podían someter a un estudio empírico. Hacia mediados del siglo XIX, Helmholtz diseñó un mecanismo para medir la velocidad del impulso nervioso e hizo importantes contribuciones en el estudio de la percepción visual y auditiva. Las investigaciones que realizó, le permitieron fundamentar su idea de la “inferencia inconsciente”, según la cual, en el proceso de la percepción, los seres humanos nos basamos inconscientemente en nuestras experiencias previas para interpretar lo que percibimos. Estos planteamientos, así como sus numerosas contribuciones en el ámbito de la fisiología y de la ciencia en general, permiten, según Gardner, considerar a Hermann von Helmholtz como uno de los creadores de la ideología de la ciencia cognitiva y, en este sentido, como un pionero en el ámbito de la psicología.

En 1858, Helmholtz se traslada a la Universidad de Heidelberg, donde tendrá como ayudante de su laboratorio, hasta 1864, a un joven médico y filósofo, Wilhelm Wundt, quien años más tarde, en 1867, denominaría a su propia cátedra “Psicología Fisiológica”. En 1874, Wundt publicó un importante libro sobre esta materia, Fundamentos de Psicología Fisiológica y en 1879 fundó el primer laboratorio de psicología experimental, que es considerado el hito con el que se funda la psicología como ciencia.[4] Para Wundt, la psicología, como estudio de la experiencia consciente, debía utilizar como método la observación interna, la introspección analítica, para lo cual capacitó sujetos que dieran cuenta, con la mayor objetividad posible, de las sensaciones experimentadas y pudieran identificar sus elementos constitutivos.

Lo que la historia tradicional pareció olvidar, es que en los últimos veinte años de su vida, Wundt se dedicó a estudiar fenómenos culturales y lingüísticos que lo llevaron a escribir diez volúmenes acerca de lo que denominó Psicología de los Pueblos (Völkerpsychologie), constituyéndose así en un precursor de la psicología social y de la psicolingüística. Para Wundt, este ámbito de la psicología no se podía estudiar utilizando métodos de laboratorio que se focalizaban en los contenidos de la conciencia, pues estos fenómenos se extendían más allá de la conciencia humana. A este respecto, señalaba que “la conciencia individual es enteramente incapaz de ofrecernos una historia del desarrollo del pensamiento humano, porque está condicionada por una historia anterior respecto de la cual no puede, por sí sola, darnos ningún conocimiento.”[5]



[1] Ricoeur, P. (1978) Philosophie et langage. Revue philosophique de la France et de l’Étranger, vol. CLXVIII, Nº 4, en Ricoeur, P. (1999) Historia y Narratividad. Ed. Paidós, Barcelona, p. 97.

[2] Varela, F. (1988) Connaître: Les Sciences Cognitives, tendences et perspectives. Editions du Seuil, Paris. Edición en español, (1996) Conocer. Editorial Gedisa, Barcelona, p. 29.

[3] Bechtel, W., Abrahamsen, A., Graham G. (1998) Companion of Cognitive Science, MIT Press, MA. Gardner, H. (1985). The Mind's New Science: A history of the cognitive revolution. New York: Basic Books. Edición en español, (1987) La Nueva Ciencia de la Mente. Ed. Paidós, Barcelona.

[4] Lolas, Fernando (1979) Introducción Histórica a la Psicología Fisiológica, Ed. Universitaria, Santiago.

[5] Wundt, Wilhelm (1921) Elements of Folk Psychology, Londres: Allen & Unwin, p. 3, cit. en Cole, Michael y Engeström Yrjö (1993) Enfoque histórico-cultural de la cognición distribuida, en Salomón, Gabriel (1993) Distributed cognitions. Psychological and educational considerations, Cambridge University Press, London. Edición en español: Cogniciones distribuidas: Consideraciones psicológicas y educativas. Ed. Amorrortu, Buenos Aires, p. 25.

3 comentarios:

Jorge Róger Méndez Benavides dijo...

Estimado Profesor don Rodrigo, tengo una interrogante: ¿Qué es, en qué consiste una "estructura psicológica"?

Saludos cordiales,
rogermendezbenavides@gmail.com

Anónimo dijo...

Muchas felicidades por este blog, honestamente me ha ayudado mucho y servido también para esclarecer ciertos actos fallidos que tengo de ves en cuando.
Gracias!!! :)

Rodrigo Robert Zepeda dijo...

Me alegro que este espacio te haya sido de utilidad. Muchas gracias por el comentario.

Saludos.